No todos los postres tienen que empezar con chocolate y terminar con chocolate (aunque debo aceptar que la mayoría de las veces eso es justamente lo que quiero).
Hoy tenía ganas de una torta más suave, con una ligera sensación de frescura, y fue así que llegué a esta receta. Es perfecta para la hora de las onces o el antojo de dulce y también es perfecta para darle a nuestros chiquitos en su lonchera. Está endulzada con miel de maple (y muy poco) y sobre todo realza mucho el sabor de las frutas.
Espero que la disfruten.
Receta
Ingredientes
- 60g o 1/3 taza de aceite de coco
- 200 ml o 1 taza de leche de almendras
- 4 cucharadas de jugo de limón
- 2 cucharadas de ralladura de limón
- 8 cucharadas de miel de maple
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
- Pizca de sal
- 150 gramos o 1 taza de harina de almendras + 1/4
- 150 gramos o 1 taza de harina de avena
- 3 cucharaditas de polvo para hornear
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 100 gr o 1 taza de arándanos
Preparación
- Pon a derretir el aceite de coco y deja enfriar.
- En un bowl mezcla la leche, el aceite frío, la harina de almendras, la sal, el jugo de limón y la ralladura de limón.
- Si no tienes harina de avena, pon en tu licuadora la avena en hojuelas y procesa hasta conseguir harina.
- Añade la avena a la mezcla con el polvo para hornear y el bicarbonato de sodio.
- Añade los arándanos. Vierte en una refractaria y deja en el horno a 185 grados C durante 40-45 minutos hasta que el cuchillo salga limpio.
- Sirve con frosting de yogurt griego y arándanos o rodajas de limón.
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