Desde hace años surgió una tendencia de lo crudo, “crudivegano” o “raw, y la premisa es muy sencilla: las frutas y verduras nos brindan las vitaminas y minerales que necesitamos para el funcionamiento del cuerpo, pero muchas veces, al someterlas a cocción y a ciertas temperaturas, terminamos por destruir muchos de sus nutrientes, así como algunas enzimas que nos ayudan a digerir estos alimentos.
Ahora, lo que yo pienso es que, así como debemos esforzarnos por comer un arco iris de frutas y verduras, también debemos combinar y balancear lo crudo con lo cocido. Hay ciertos alimentos que si no cocinamos pueden caer un poco pesados (como el brócoli por ejemplo, o el coliflor). También existen varios métodos de cocción (a temperaturas más bajas y por mucho tiempo, por ejemplo con las granolas) para asegurar que no se terminen por destruir esos minerales y enzimas.
De igual manera, procuro añadir un montón de comida cruda a mi día, sobre todo cuando se trata de frutas y verduras y últimamente de snacks! Son súper fáciles de hacer, no toman nada de tiempo y dan una sensación de frescura.
Estas galletas son veganas, no las tienes que hornear y no te va a tomar más de 10 minutos en prepararlas.
¡Espero que las disfruten!
Receta
Ingredientes
- 1/4 taza de miel de maple
- 2 cucharadas de leche de almendras
- 3 cucharadas de aceite de coco
- 3 cucharadas de cacao en polvo sin endulzar
- 1 1/4 taza de avena en hojuelas
- 1/3 de mantequilla de maní
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (yo no usé)
- 1 pizca de sal
Preparación
- Añade la miel, la leche, el aceite y el cacao en un sarten a fuego medio hasta que empiece a hervir. Revuelve frecuentemente la mezcla.
- Una vez salen las burbujas, baja el fuego y déjalo por un minuto más. Retira.
- Añade la avena, la mantequilla, la sal y la vainilla y revuelve hasta llegar a una mezcla homogénea.
- Con una cuchara arma las bolitas y las pones en una refractaria. Deja en la nevera durante 15 minutos y listo!
Si no has descargado mi eBook, haz clic aquí. En él te comparto mi historia, todas las dietas, inyecciones y hasta pastillas que alcancé a tomar, pero sobre todo, te comparto las herramientas que me sirvieron (y sigo utilizando hoy) para romper el ciclo, liberar mi mente de toda esa culpa, y aprender a comer sano y feliz.