Yo siempre quise ser mamá y Dios me dio ese regalo hace dos años con Juan Antonio. Pero yo siempre soñé con una familia grande, muchos hijos y perros, viviendo en una casa con patio grande donde además podía poner mi huertica orgánica.
Hace 3 meses quedé embarazada. Un bebé de cuarentena, una noticia llena de amor, en un momento donde toda la humanidad vivía con miedo. Andrés y yo no podíamos de la dicha. ¡La felicidad era TODA! Era lo que MÁS QUERÍAMOS EN EL MUNDO, un hermanito o hermanita para Juan Antonio.
Pero como yo siempre digo, a veces las cosas no salen como uno espera o quiere y 2 meses después, perdimos el bebé. Tenía 9 semanas.
Decidí escribir sobre esta experiencia porque me di cuenta de que NADIE HABLA DEL TEMA. Es un tabú. Por supuesto, sentimos cómo se nos venía el mundo encima. Lo último que esperábamos ese día, en la ecografía, era que nos dijeran que no había bebé.
Además de eso, yo tuve que ir completamente sola a las citas por los protocolos de bioseguridad en la clínica durante la pandemia del Covid. Así que recibí la noticia sola, tragándome las lágrimas, mientras el doctor me decía que simplemente “no había nada qué hacer”.
Es una experiencia muy íntima, que uno vive con su pareja, entonces se preguntarán, ¿por qué decidí contarles? Y la verdad es, porque precisamente nadie habla del tema. Cuando me pasó y empecé a hablar con las mujeres de mi vida, me di cuenta de que eran más las que me decían “a mí me pasó y yo entiendo lo que estás viviendo” a las que no.
Desafortunadamente es mucho más común de lo que uno cree, y tal vez, si más mamás habláramos del tema, cuando a otra le pase, no va a sentir que “es la única”, que “hizo algo mal”, “que por qué a ella”, etc. Tal vez podrá entender que es un proceso natural del cuerpo y que nos pasa a muchas.
Pero más allá de eso, me di cuenta de que hoy en día cuento con herramientas con las que no contaba antes y que me permitieron entender, abrazar, superar, y soltar. Y justamente por eso se las quiero compartir. Porque son herramientas infalibles y no tienes que pasar por lo que yo pasé para sacarles provecho, están hechas para acompañarte en TODO momento y si logras hacerlas parte de tu rutina diaria, verás y sentirás abundantes cambios en tu vida y sobre todo, en tu MANERA de ver y vivir la vida.
4 lecciones de vida:
1. Algo que yo SIEMPRE digo es “hay cosas que no controlas (como el covid, o una pérdida), pero lo que sí tienes, es el PODER ELEGIR cómo reaccionas a esas experiencias en la vida. Yo decidí entender que los tiempos de Dios son perfectos y que simplemente era un proceso natural del cuerpo.
2. Las cosas no te pasan a ti… yo podría haber entrado en un círculo negativo de “¿por qué a mí?, será que no va a pasar?, será que no podré quedar embarazada? LAS COSAS PASAN POR TI. Entonces lo que hay que hacer es entender qué es lo que debes aprender de eso.
3. Que la fe mueve montañas y sana
4. El amor incondicional y profundo de Andrés, y que esto solo nos hizo más fuertes como pareja y como papás
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