julio 13, 2020

La peor de todas las dietas, ¡es en serio!

Como una experta en dietas, porque ya te he dicho que ¡YO LAS HE HECHO TODAS! Te puedo decir que NINGUNA SIRVE. En mi archivo tengo la sopa de cebolla, solo fruta, solo verduras, acupuntura, cero carbohidratos, cero grasas, ¡en fin! La lista es ETERNA y aún así te reitero que NINGUNA SIRVE. Y hay una razón -muchos factores- pero una sola razón de por qué las dietas no sirven. Pero, para contarte la razón, quiero primero contarte mi experiencia con la que yo creo que es LA PEOR DE TODAS: la dieta del atún y la piña. ¿Alguna vez la hiciste?

Si no la hiciste y te salvaste de este calvario te cuento de qué se trata -que es bastante al grano- solo comes atún y piña hasta que el cuerpo aguante. Creo que yo la hice durante dos semanas, o tal vez menos, porque ya mi lengua no podía más con las llagas que me salieron gracias al acidez de la fruta, y mi paladar no podía soportar un pedazo de atún más, que valga la pena recalcar que era atún en lata. La regla era simple: podías comer TODO lo que quisieras pero solo de esos dos alimentos.

El efecto de la dieta

No me acuerdo cuántos kilos bajé, tenía unos 15 años cuando la hice. Pero de lo que sí me acuerdo es de vivir con la lengua quemada y ensangrentada por las llagas y quemaduras de la piña, y que hasta el sol de hoy, no puedo ver un atún en lata porque me enfermo. Así que fíjate cómo fue de “exitosa” esta dieta que ni me acuerdo cuántos kilos bajé pero sí puedo revivir por completo el dolor en la lengua y sabor amargo en el cuerpo. Entonces te pregunto, ¿vale la pena vivir la vida a punta de piña y atún, con la lengua ensangrentada solo por “ser flaca”?, ¿hasta dónde somos capaces de llegar por alcanzar un número en la balanza?

¡Ah! Hay otra cosa que recuerdo como si fuera ayer, y ¿sabes qué fue? El efecto rebote, pues después de terminar la dieta subí unos 8 kilos, ¡solo por volver a comer como lo hacía antes! 

El problema

Entonces te preguntarás, ¿qué funciona? Pues en mi carrera de “dietista experta” te puedo decir que hay una sola cosa que funciona y es entender que la respuesta no está afuera sino adentro. ¡Así de simple! La respuesta nunca estuvo en la “dieta del momento”, la dieta hip o que estaban haciendo los celebrities. ¿No te digo que yo hice mil y ninguna funcionó? Y la razón es muy simple, porque si no te enfocas en cuidar y arreglar lo de adentro, lo de afuera siempre va ser igual.

Porque el “sentirte bien contigo misma” no depende de un número en la balanza. Yo he pesado en un rango de 47 kilos a 59 y te puedo jurar SIEMPRE ME SENTÍ GORDA, no importa en qué peso estaba. Nunca me parecía suficiente, incluso a mis 47 kilos.

Entonces, ¿qué funciona?

Funciona entender cuál es tu relación con la comida, ¿cuál es su origen?, ¿de dónde viene la relación que tienes con tu cuerpo? ¿Realmente te vas a sentir mejor con un par de kilos menos? A veces solo se trata de entender e identificar. Solo con eso se empieza a abrir un camino para romper el ciclo que tienes con la comida. Ese de comer y luego sentir culpa porque comiste algo que no estaba dentro de “tu plan”, tu “régimen” o tu “dieta”.

“Ser sano” o llegar a un “peso sano” va mucho más allá de ese número en la balanza. Se trata de identificar cuál es tu relación con la comida y cómo funciona.

Si de verdad quieres llegar al fondo de todo esto, te recomiendo que hagas el siguiente ejercicio (este lo hago con TODAS mis clientes en algún momento del programa).

El ejercicio

  1. Siéntate en un lugar cómodo, lejos de todo el ruido y distracciones. Luego de un par de inhalaciones profundas piensa: ¿cuándo te empezó a importar tu peso?, ¿cuándo te “diste cuenta” de que tu peso no era el indicado, que “estabas gorda” o había algo mal con tu imagen corporal?
  2. Puede ser doloroso (para mí por supuesto que lo fue), pero intenta volver al momento, ¿qué sentiste?, ¿qué pensaste? ¿recuerdas el trigger (trigger es lo que te llevó a pensar que algo estaba mal, que tu peso o tu cuerpo no eran lo indicado)?
  3. ¿Cuánto de lo que viviste ahí sigue siendo cierto? Es decir, después de 10, 15, 20, 30, 40 años, ¿tu cuerpo o tu peso, siguen siendo “incorrectos”?
  4. ¿Cuántas dietas has hecho a la fecha?
  5. ¿Cómo te has sentido MIENTRAS haces la dieta?

Si tu respuesta a la última pregunta es “mal, aburrida, restringida, con miedo a engordar, desesperada, obsesionada”, etc., eres como yo y las DIETAS NO TE HAN FUNCIONADO. Tal vez es hora de pensar en algo más, ¿no crees? Como dicen por ahí… “Si quieres resultados distintos, no esperes conseguirlos haciendo lo mismo”…

Tal vez la respuesta no está afuera sino adentro. Tal vez la respuesta está en ti

 

Si no has descargado mi eBook, haz clic aquí. En él te comparto mi historia, todas las dietas, inyecciones y hasta pastillas que alcancé a tomar, pero sobre todo, te comparto las herramientas que me sirvieron (y sigo utilizando hoy) para romper el ciclo, liberar mi mente de toda esa culpa, y aprender a comer sano y feliz.

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