¿Te has puesto a pensar qué tiene lo que comes?, ¿o por qué te sientes “adicta” a ciertos alimentos?, ¿me creerías si te digo que sí hay una razón biológica o del cuerpo para sentir esa adicción? Para mí la clave de una vida sana son dos cosas: 1. comer intuitivamente y 2. saber qué es lo que comes.
Considero un derecho universal saber qué tiene tu comida. ¡Así es! Tú tienes derecho a saber qué es lo que te estás metiendo en la boca, así de sencillo. Por eso, si tú eliges una alimentación basada, en su gran mayoría en frutas y verduras, plantas, granos y cereales integrales, no tienes nada de qué preocuparte. No tienes que estar preguntándote qué es ácido ascórbico y por qué está en todo lo que como, o qué es jarabe de maíz y qué efectos tiene en mi cuerpo y mis hormonas.
Tú puedes ser tu propia nutricionista, nutriólogo o Coach. Lo único que tienes que hacer para conseguirlo es GENERAR CONCIENCIA, conciencia sobre cómo comes (rápido, de afán, con distracciones, de pie), por qué (ansiedad, para llenar un vacío, distraerme, etc.) y qué comes (nutrientes, vitaminas, minerales, conservantes, colorantes artificiales, etc.). Y no solo te conviertes en tu propia nutricionista, te conviertes en un experto en comida, en chef y recuperas el control sobre tu salud.
Para ayudarte a generar esa CONCIENCIA te voy a compartir tres preguntas que te debes hacer SIEMPRE que vayas a comer.
1. ¿Qué ingredientes tiene?
¿Son ingredientes que conozco? ¿Si son galletas, están hechas de “harina, azúcar y huevos”? O, ¿tiene una lista de ingredientes que no conozco y parecen escritos en otro idioma? Y, si no sabes cómo responder esto, tienes que buscar la respuesta con el mesero del restaurante, el cocinero, la caja o paquete del cereal que te estás comiendo o lo tienes que buscar online. Es así de simple. Tú tienes el derecho a saber qué tiene tu comida. Y si das con un ingrediente que no reconoces, o no sabes por qué está ahí, cuál es su función, tienes que investigar qué es y por qué está ahí.
Por ejemplo, ¿Qué es el monoglicérido y que hace metido en el pan que como todas las mañanas? ¡Ah! El monoglicérido es un químico que le echan a los productos horneados para que no se pongan duros, ayuda a espesar y estabilizar. En tu investigación tal vez descubras también que en ese proceso se genera un tipo de grasa trans, que supuestamente es ahora prohibida por la FDA. Y de pronto cuando descubres esto piensas, “tal vez tengo que encontrar otro tipo de pan”.
2. ¿Son nutritivos?
Entonces la primera pregunta es ¿qué ingredientes tiene?, la segunda es si estos ingredientes le van a hacer bien a mi cuerpo o no. Y no tienes que ser una nutricionista para entender y saber esto. Solo tienes que usar el sentido común. ¿Cuál es el propósito nutricional del monoglicérido? Por supuesto no tiene ningún objetivo nutricional, entonces es fácil tomar la decisión de buscar un mejor reemplazo.
3. ¿De dónde vienen estos ingredientes?
¿Vienen de una finca orgánica?, ¿de una planta?, ¿de una empresa?, ¿vienen en un paquete, una botella, una caja? Si vienen de una finca, ¿cómo tratan a las vacas?, ¿cómo riegan los cultivos?, ¿cómo los cuidan?, ¿por cuántas manos tienen que pasar esas manzanas hasta que yo me las meto en la boca?
Si viene de una empresa química prácticamente hay que salir corriendo. Pero puedes correr y entender. Si viene de un químico pregúntate, ¿qué es TBHQ y qué es lo que hace en las galletas que le acaban de regalar a mi hijo? ¡Ah! es un químico que afecta mi sistema inmune y que se ha demostrado que causa reacciones alérgicas en las personas.
La clave como te dije está en generar CONCIENCIA, en saber cómo estás alimentando y nutriendo tu cuerpo. Y si no eres de las personas a las que les gusta googlear todo, ¡no pasa nada! ahí la regla de oro es “si no sabes qué es, no te lo comas”, ¡Así de simple! Porque, ¿por qué te vas a comer algo que no sabes qué es?
Otra cosa para tener en cuenta. No se trata de satanizar los alimentos como las grasas, los carbohidratos, aceites o azúcares. Tú puedes llevar un estilo de vida sano, eligiendo siempre lo más natural y disfrutar de los cinco sabores: umami, dulce, salado, ácido, amargo. Tampoco se trata de cocinar todo de ceros en tu casa, no vivimos en la jungla, es normal que no tengas tiempo y busques practicidad en tus elecciones. Solo tienes que aprender a elegir la mejor opción.
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