Cómo hacer que tu bebé de un año coma

Al cumplir el año, el primer cambio que vi en Juan Antonio es que ahora solo se quiere alimentar de bananos. Sí, bananos… Todo lo que tenga banano se lo come con un gusto y un placer, que me da hasta envidia.

Y yo sabía que se venía esta etapa. Lo había leído y estudiado y estaba confiada de que lo iba a manejar con creces. Por fin iba a poder poner en práctica todos esos cursos de nutrición y alimentación para niños que había hecho.

Pero a la hora de la verdad -o sea a la hora de la comida- ¡todo es una lucha! Y hasta hemos caído en el error más común que hay: todos en mi casa nos volvimos payasos, haciendo malabares con las ollas y platos, actos de magia jamás antes vistos, y hasta coreografías de todas las canciones de Maluma. TODO para que el muchachito abra la boca y pase bocado. Eso sí, no hemos caído en la tentación de darle un celular o una pantalla, que espero que no lo tengamos que llegar a hacer nunca. La verdad es que esta etapa es fundamental en los hábitos alimenticios que les queremos enseñar a nuestros hijos. Nunca han estado más conscientes y despiertos como ahora, absorbiendo cada cosa que pasa a su alrededor: cada olor, cada sabor, cada acción que hace mamá y cada acción que hace papá. 

De estos últimos meses de guerra les tengo algunos consejos que me han servido a mí y espero que les sirvan a ustedes, en caso de que estén pasando por lo mismo:

Los bebés durante el segundo año de vida, es decir, desde el día que cumplen un año hasta el día que cumplen 2, entran a una etapa que incluso en inglés tiene nombre propio: los toddlers. Estos toddlers están pasando por muchos cambios importantes (que si quieren conocer más sobre esto, los invito a hacer clic en este link). Pero más allá de este aprendizaje, durante esta etapa es cuando MENOS crecen, y por lo tanto empiezan a comer menos. El cuerpo les pide menos energía y ellos necesitan menos calorías; así de simple es. 

Ellos no se van a morir de hambre. De hecho, los bebés y los niños tienen algo que ojalá tuviéramos nosotros y es la AUTOREGULACIÓN, comen cuando tienen hambre y paran cuando están llenos (¿se imaginan lo que sería si nosotros pudiéramos hacer eso también?).

Ellos están pasando por su primer encuentro con la independencia. Ahora su mundo va mucho más allá de mamá. Quieren jugar, explorar ya no quieren que les den la comida. Juan Antonio amaba las sopas, ahora todo lo que implique darle con cuchara me lo escupe y yo sé que eso hace parte de este cambio. Él trata de coger la cuchara y comer solo, o por ejemplo, cuando lo estoy peinando me quita el cepillo y se peina él, o bueno intenta hacerlo. No le gusta que le muestre cómo encajar un bloque sobre otro, él quiere probarlo solo… y hay que dejarlos.

¿Entonces qué hice? Ahora trato de cocinarle cosas que sé que él puede coger con sus manos como pollo desmechado, papas en la air fryer, plátano, banano (obvio), cereal, etc.

También hay que entender los tiempos de ellos. Por ejemplo, yo siempre le daba onces por la tarde y en la noche una sopa. Ahora NUNCA quiere comer por la noche. Lo que hice entonces fue eliminar completamente las onces y darle la comida o la cena más temprano.

Otro consejo es no dejarlo picar. Darle las 3 comidas grandes y 1 o 2 meriendas, de esta manera nos aseguramos que llegue a la siguiente comida con hambre. Además, a los niños les encantan las rutinas, les gusta saber qué se viene. Esa sensación de control les da seguridad.

Si no quieren comer, no los obliguen. Si no comió, entonces tiene que esperar hasta la próxima hora de comida para comer y comer lo que hay. Si no quiso comer el huevo que le hiciste, no tienes que correr a ver qué le cocinas. Ese era el menú hoy, y si no comiste, bueno pues entoncse te esperas hasta la hora de la merienda o el almuerzo para volver a comer. Hay que ser fuertes y firmes. No se trata de dejarlos morir de hambre, ¡por supuesto que no! Pero sí de darles orden, rutinas y seguridad.

Hay  que tener paciencia, ¡y no sufrir! Si ellos nos ven estresadas, también se van a estresar. Recuerden que todo lo que nosotros sentimos, ellos lo perciben también, y ¿qué mejor regalo que aprendan a comer en un entorno de amor y tranquilidad? Si no quiso comer, listo no pasa nada. A nadie le gusta que lo obliguen a comer. No comes y esperas hasta la próxima hora de la comida.

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