La semana pasada les hablé de cómo la leche materna es la mejor -y única- fuente de alimentación para nuestros chiquitos desde que nacen hasta que cumplen los seis meses de edad. Sin embargo, hay varios pediatras -y otras instituciones- que recomiendan la introducción de sólidos desde los 4 a los 6 meses. En realidad los bebés pueden recibir alimentos en forma de papilla o compota desde ese entonces (4 meses). Es decir, sus sistemas neurológico y digestivo ya están lo suficientemente desarrollados para ello. El problema es que, al introducir nuevos alimentos antes de los seis meses, estamos desincentivando la lactancia materna exclusiva y con ello, todos sus innumerables beneficios.
Otro punto que hay que tener en cuenta a la hora de decidir dar ese paso es, ¿está mi bebé listo para comer sólidos?, ¿cómo saber si lo está?
Según la plataforma online, Baby Center, existen algunas señales que nos pueden dar luz a la hora de decidir si nuestro bebé está listo para salir de su dieta líquida o no. Algunos de ellos son:
• Puede controlar la cabeza. Tu bebé debe poder mantener la cabeza quieta y mantenerse derecho.
• Debe poder sentarse recto en una silla para comer.
• Ha subido de peso. Que haya duplicado su peso desde el nacimiento, que pese al menos 13 libras, o 6 kilos, y que tenga 4 meses.
• Tenga curiosidad sobre la comida. Si tu bebé empieza a mirar la comida o intenta alcanzarla, puede ser que ya esté listo para este gran paso.
El método de introducción
Antes de entrar en materia, recordemos los 4 grupos alimenticios que debemos introducir en la alimentación complementaria: frutas, verduras, cereales, proteínas. Y recordemos los que no: azúcares, aceite, sal, jugos de frutas y lácteos.
Es supremamente importante que tengamos esto en cuenta a la hora de comenzar la alimentación complementaria. No hacerlo no solo puede generar todo tipo de alergias sino poner en riesgo la salud de nuestro bebé.
Hasta el momento no existe una directriz global sobre qué alimento introducir primero, y el tema social-cultural influye bastante en su elección. La clave está en comenzar con un alimento de un solo grupo alimenticio y repetirlo durante 3-4 días, antes de introducir el segundo.
Al final del primer mes, el bebé debe haber probado los 4 grupos alimenticios y dos alimentos de cada grupo. En el cuadro abajo podrán ver un ejemplo de distribución de alimentos durante un mes. Cada mes se debe cambiar la distribución de alimentos.
En este ejemplo en particular, el niño empezó probando la proteína y la consumió durante cuatro días seguidos antes de probar el alimento del segundo grupo, la fruta. Vale la pena recordar que no solo se introduce un grupo a la vez, sino un solo alimento. Así lo recomienda el Centro de Investigación y Educación de Nutrición, Cien Nutrition.
Esto se hace evidente en el siguiente cuadro.
Aquí ya podemos ver cómo se combinan los alimentos de diferentes grupos. Entonces, si empezamos con el huevo, lo introducimos durante cuatro días seguidos y el quinto día arrancamos con la fruta. PERO seguimos con el huevo. No se reemplaza, se complementa.
Con este último cuadro podemos darnos una idea de cómo quedaría la alimentación de este niño durante su primer mes de alimentación complementaria.
Es importante tener en cuenta que para introducir un nuevo alimento hay que repetirlo al menos unas 8-10 veces. No debemos darnos por vencidos si por ejemplo, nuestro chiquito nos rechaza el banano. Si es así, hay que seguir intentando al menos diez veces, buscando incluirlo en nuevas recetas, otras combinaciones, o incluso, buscar diferentes lugares o espacios para hacerlo.
Es importante que el bebé esté en un entorno tranquilo y feliz, así que, si no te quiere aceptar el banano, intenta dárselo en un ambiente que él reconozca y le agrade, como el parque.
La manera más fácil de recordar el método de introducción es:
• A los 6 meses introducción de alimentos en forma de papilla
• De los 6-8 meses, semi sólidos. Todo lo que pueda “autoalimentarse”.
• Después de los 9 meses, lo que llamamos “finger foods”, o alimentos que pueden comer con sus deditos o todo lo que venga en una taza.
De igual manera este es un trabajo en equipo con tu pediatra y seguramente él o ella te estarán dictando las pautas para la introducción de los sólidos y semi-sólidos en la dieta de tu bebé. No obstante, si quisiera reiterar la importancia de mantener la lactancia exclusiva hasta los seis meses y dejar que nuestros hijos se nutran de todos los beneficios que solo la leche materna puede proveer.
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