Quiero hacerles una confesión del corazón…
Esta que ven aquí ha sido mi alma gemela toda la vida, mi mejor amiga, mi todo. Esta es mi hermana y durante MUCHOS MUCHOS años viví queriendo tener “el cuerpo de ella”, queriendo ser “tan flaca como ella” porque en mi casa siempre me dijeron que mi tipo de cuerpo no era el correcto… el de ella sí.
Cuando mi mamá nos traía regalos (ropa), y yo estaba en mi época “flaca” me fijaba con detenimiento la talla que escogía para cada una. Podía entrar en una furia desmedida si veía que no era la misma.
Por supuesto que me da MUCHA vergüenza confesar esto, no es algo de lo que me sienta orgullosa, para nada. Gracias a Dios, siempre tuvimos una relación tan fuerte, que eso JAMÁS se interpuso entre nosotras. Sin embargo, después de mucho tiempo, de mucho trabajo de introspección, dejé de querer tener el cuerpo de ella, o de ser tan flaca como ella, o ser como ella… porque sin darme cuenta empecé a aceptarme a mí, a quererme a mí y a valorar cada característica que tenía mi cuerpo, así no fuera el “indicado” y “aceptado” en mi casa.
Esta es tu vida
Es fácil caer en la comparación… mucho más fácil de lo que uno cree y la vida cada vez hace que eso sea aún más fácil (empezando por las redes sociales!!!) Pero si te das permiso de ser quien realmente eres y perseguir TU CAMINO y no el de otra, no solo vas a vivir en LIBERTAD, sino que te va a dejar de importar qué pasa en el camino de la otra, en la casa de la otra, en el cuerpo de la otra… Es TÚ VIDA, tienes derecho a ser LA PROTAGONISTA de tu vida.
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